Los campeones olímpicos en la
cubierta del "Valdivia" entrando al puerto de Montevideo,
escoltados por varias y embanderadas embarcaciones menores.
El jarrón
Cada uno de los jugadores recibió un hermoso jarrón como premio.
Hay en una de las vitrinas del museo uno de esos jarrones. Cuenta
El País:
‹‹Con
respecto a ese jarrón, en el viaje de vuelta en el "Valdivia" los
celestes pasaron de festejo en festejo y en una ocasión, en que
Andrade estaba un poco mareado, vomitó y ensució a uno de los
pasajeros, un arquitecto uruguayo. Los jarrones fueron enviados
después desde Francia y cuando Andrade fue a retirar el suyo, lo
envolvió en un papel de diario y se presentó en la casa de aquel
arquitecto: "Vengo a compensar lo que sucedió en el barco", le
dijo. Y le entregó el jarrón. Con el tiempo el arquitecto vendió
la pieza, que fue encontrada en la década del 80 por Dante Iocco
quien, a su vez, lo entregó al Museo.›› |